La economía española encara el 2025 con un panorama de crecimiento dinámico, aunque moderado respecto a 2024, en un contexto donde el Banco Central Europeo (BCE) continúa su senda de relajación monetaria mediante la reducción de los tipos de interés. Esta política, destinada a estimular la actividad económica y acercar la inflación al objetivo del 2%, tendrá implicaciones significativas para España. A continuación, analizamos las previsiones económicas y los efectos de esta bajada de tipos en los principales sectores de la economía española.
Contexto Macroeconómico y Previsiones de Crecimiento
España ha demostrado una notable resiliencia económica en 2024, con un crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) estimado en torno al 2,8%, superando ampliamente las expectativas iniciales y destacando frente al promedio de la eurozona (1,3%). Para 2025, los analistas prevén una moderación del crecimiento hasta un rango de entre el 2,1% y el 2,7%, según diferentes fuentes como CaixaBank Research, Bankinter y el Banco de España. Esta desaceleración se atribuye a factores como la incertidumbre geopolítica, las tensiones comerciales globales y una menor contribución del sector exterior, aunque la demanda interna seguirá siendo el principal motor del crecimiento.
El consumo privado, respaldado por una mejora en la renta disponible de los hogares (+8% interanual en el tercer trimestre de 2024) y una tasa de ahorro elevada (14,2% frente al 9,5% de media histórica), será un pilar clave. Además, el sector turístico mantendrá su relevancia, aportando entre 0,4 y 0,5 puntos porcentuales al crecimiento del PIB en 2025. Sin embargo, la inversión, especialmente en equipamiento productivo, sigue siendo una asignatura pendiente, apenas recuperando los niveles prepandemia.
Bajada de Tipos de Interés: Estrategia del BCE
El BCE ha implementado una política de relajación monetaria desde junio de 2024, reduciendo los tipos de interés en varias ocasiones hasta situar la tasa de depósito en el 2,5% en marzo de 2025, el nivel más bajo desde febrero de 2023. Según proyecciones, se esperan al menos cuatro recortes adicionales de 25 puntos básicos a lo largo de 2025, lo que podría llevar la tasa al 2% o incluso al 1,75% para finales de año, acercándose al rango considerado «neutral» (entre 1,75% y 2,5%). Algunos analistas, como los de AXA IM y Capital Economics, sugieren que los tipos podrían descender hasta el 1% si la inflación cae por debajo del objetivo del 2% y la economía europea muestra mayor debilidad.
Esta estrategia responde a una inflación que se estabiliza cerca del 2% (2,3% previsto para 2025) y a un crecimiento económico débil en la eurozona (0,9% en 2025). En España, la inflación general se estima en un 2,5%, impulsada por los costes energéticos, mientras que la inflación subyacente se moderará al 2,2%. La bajada de tipos busca aliviar la presión sobre la demanda interna, facilitar el acceso al crédito y mitigar los riesgos derivados de la incertidumbre comercial global, como los aranceles propuestos por la administración Trump.

Impacto de la Bajada de Tipos en España
Consumo y Crédito: La reducción de los tipos de interés abaratará el coste del crédito para hogares y empresas, incentivando el consumo y la inversión. Los hogares con hipotecas a tipo variable se beneficiarán de una caída del euríbor, que se prevé alcance el 2,1% en 2025, reduciendo las cuotas mensuales. Esto, junto con la recuperación del poder adquisitivo, impulsará el consumo privado. Sin embargo, el impacto positivo en el PIB será moderado debido a los retrasos en la transmisión de la política monetaria.
Mercado Inmobiliario: La bajada de tipos y del euríbor está generando un impulso en el mercado de la vivienda, con un aumento del 47,7% en las compraventas y del 62,9% en las hipotecas en octubre de 2024. Los expertos advierten, sin embargo, que una financiación más accesible podría exacerbar la presión sobre los precios debido a la escasez de oferta, lo que podría agravar el déficit habitacional.
Sector Empresarial: Las empresas, especialmente las pequeñas y medianas, se beneficiarán de un acceso más barato al crédito, lo que podría reactivar la inversión en equipamiento productivo. No obstante, las incertidumbres arancelarias podrían limitar este efecto, especialmente en sectores exportadores.
Finanzas Públicas: Los gobiernos, incluido el español, se beneficiarán de un menor coste de endeudamiento, lo que facilitará la gestión del déficit público (estimado en 2,8% del PIB en 2025) y la financiación de políticas expansivas. Sin embargo, los ahorradores sufrirán una reducción en la rentabilidad de los depósitos y productos de ahorro, lo que podría desincentivar el ahorro en favor del consumo o la inversión.
Banca: La bajada de tipos reducirá los márgenes de interés de los bancos, especialmente en España, donde el crédito variable es predominante. El BCE estima una caída del 7% en los márgenes, con un escenario adverso que podría alcanzar el 16% si los recortes son más pronunciados.
Riesgos y Desafíos
A pesar del escenario optimista, persisten riesgos significativos. La incertidumbre comercial, especialmente por posibles aranceles globales, podría afectar las exportaciones y la confianza de los consumidores. Además, la inflación de los servicios (4% en 2024) sigue siendo un desafío, y un repunte inesperado podría frenar los recortes de tipos. Por otro lado, la falta de oferta en el mercado inmobiliario y la baja productividad podrían limitar el crecimiento potencial a largo plazo.
Conclusión
La economía española en 2025 mantendrá un crecimiento sólido, impulsado por la demanda interna y el turismo, en un contexto de relajación monetaria del BCE. La bajada de los tipos de interés al 2% o incluso al 1,75% estimulará el consumo, el crédito y el mercado inmobiliario, pero también plantea desafíos como la presión sobre los precios de la vivienda y los márgenes bancarios. Para maximizar los beneficios, será crucial que España aborde las reformas estructurales pendientes, especialmente en inversión y productividad, mientras navega por un entorno global incierto.